He visto un pájaro que voló desde la azotea y de repente se detuvo en el aire, como si hubiera olvidado por qué estaba volando. Yo también he estado así, caminando por la calle y de repente detenerme, no porque esté cansado, sino porque no sé a dónde ir. A mi alrededor la gente va y viene, cada uno parece saber su dirección, solo yo estoy parado en el mismo lugar, como un equipaje sin etiqueta. En la vida, uno siempre tiene que hacer algo, siempre tiene que ir a algún lugar. Pero si les preguntas por qué van, muchos no pueden explicarlo. Dicen que es lo que se debe hacer, que es lo correcto, que así debe ser.
¿De dónde viene "eso"? ¿Quién dijo "debería"? Así que seguimos a la multitud, como peces empujados hacia adelante, aunque frente a nosotros haya un banco de arena, seguimos apretujándonos hacia adelante. A veces pienso, ¿no debería la gente tener algo de lo que "no debería"? Por ejemplo, no deberíamos vivir toda la vida siguiendo la trayectoria establecida por otros, no deberíamos decir siempre "está bien", no deberíamos ocultar nuestras lágrimas y pretender que lo entendemos todo. Algunas personas viven toda su vida de acuerdo con las expectativas de los demás, y al final, ni siquiera han pensado en cómo son realmente. Los momentos más solitarios de la vida no son cuando no hay nadie a nuestro lado, sino cuando ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos. Miras al espejo y ves un rostro familiar, pero parece que nunca has hablado en serio con la persona que está dentro.
Las cosas que alguna vez quiso hacer, los sueños que alguna vez temió, a quién le gustó en secreto, lo que realmente ha perdido, tú no lo sabes. Pero la gente vive así. A veces olvida, a veces recuerda, a veces quiere escapar, a veces no puede desprenderse. Miras al cielo cambiar, el viento mover la hierba, crees que eso es la naturaleza, en realidad es el paisaje en tu corazón que está cambiando. Cuando estás triste, aunque brille el sol, sientes frío. Cuando eres feliz, aunque esté lloviendo, sientes claridad. No temas ir despacio, no temas que otros corran rápido. Mientras no olvides de dónde vienes, siempre podrás seguir adelante. Puedes no ser excelente, no ser grandioso, no ser brillante, pero debes ser real, debes tener tu propio dolor, tus propios sueños, tu propio nombre. Eso es suficiente.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
He visto un pájaro que voló desde la azotea y de repente se detuvo en el aire, como si hubiera olvidado por qué estaba volando. Yo también he estado así, caminando por la calle y de repente detenerme, no porque esté cansado, sino porque no sé a dónde ir. A mi alrededor la gente va y viene, cada uno parece saber su dirección, solo yo estoy parado en el mismo lugar, como un equipaje sin etiqueta. En la vida, uno siempre tiene que hacer algo, siempre tiene que ir a algún lugar. Pero si les preguntas por qué van, muchos no pueden explicarlo. Dicen que es lo que se debe hacer, que es lo correcto, que así debe ser.
¿De dónde viene "eso"? ¿Quién dijo "debería"? Así que seguimos a la multitud, como peces empujados hacia adelante, aunque frente a nosotros haya un banco de arena, seguimos apretujándonos hacia adelante. A veces pienso, ¿no debería la gente tener algo de lo que "no debería"? Por ejemplo, no deberíamos vivir toda la vida siguiendo la trayectoria establecida por otros, no deberíamos decir siempre "está bien", no deberíamos ocultar nuestras lágrimas y pretender que lo entendemos todo. Algunas personas viven toda su vida de acuerdo con las expectativas de los demás, y al final, ni siquiera han pensado en cómo son realmente. Los momentos más solitarios de la vida no son cuando no hay nadie a nuestro lado, sino cuando ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos. Miras al espejo y ves un rostro familiar, pero parece que nunca has hablado en serio con la persona que está dentro.
Las cosas que alguna vez quiso hacer, los sueños que alguna vez temió, a quién le gustó en secreto, lo que realmente ha perdido, tú no lo sabes. Pero la gente vive así. A veces olvida, a veces recuerda, a veces quiere escapar, a veces no puede desprenderse. Miras al cielo cambiar, el viento mover la hierba, crees que eso es la naturaleza, en realidad es el paisaje en tu corazón que está cambiando. Cuando estás triste, aunque brille el sol, sientes frío. Cuando eres feliz, aunque esté lloviendo, sientes claridad. No temas ir despacio, no temas que otros corran rápido. Mientras no olvides de dónde vienes, siempre podrás seguir adelante. Puedes no ser excelente, no ser grandioso, no ser brillante, pero debes ser real, debes tener tu propio dolor, tus propios sueños, tu propio nombre. Eso es suficiente.