El carácter no es más que el sedimento de la experiencia de vida. Aquellos que no han visto el mundo muestran un poco de timidez y ansiedad en cada gesto, mientras que aquellos que han experimentado altibajos en la vida llevan consigo una fuerza incluso en su silencio. Esto no se puede lograr solo imitando, sino que cada cicatriz que el destino deja en uno se convierte finalmente en la confianza serena. El camino se puede comprender, pero no se puede aprender; los textos se pueden observar, pero no se pueden memorizar; se puede rendir homenaje a los maestros, pero no se debe seguir ciegamente; se puede soportar el sufrimiento, pero no alabarlo; se puede respetar el cielo, pero no engañarlo; se puede hacer amistad con las personas, pero no se debe buscar demasiado; se puede cultivar la suerte, pero no se puede robar; se puede aprovechar la influencia, pero no se puede despojar. Usar la historia como espejo puede ayudar a conocer el auge y la caída; usar el cobre como espejo puede ayudar a ajustar la vestimenta; usar a las personas como espejo puede ayudar a entender las ganancias y pérdidas. En todo, hay que saber cuándo detenerse; cuando el agua está llena, rebosa; cuando la luna está llena, decrece; cuando la materia alcanza su extremo, revierte. Ver a través de lo complejo es una habilidad; elegir lo simple es un estado de vida; actuar con un corazón sin deseos en asuntos que requieren acción. Cuando alguien establece su imagen, el juego comienza; la predicación es inútil, ¡romper huesos es el mejor libro de texto! Reflexiona en la quietud y afina tus habilidades en la práctica.