El mercado de capitales de China ha entrado en una era de gran reducción de balances, lo cual es un hecho objetivo. Los bancos han pasado de capital de crédito a capital de acciones líquidas, y esta tendencia no puede ser revertida por nadie. La gente no compra casas, las empresas no invierten, y el gobierno no realiza infraestructuras; estos tres "no" han llevado a un flujo de efectivo desbordante en toda la sociedad.

El exceso de capital ha llevado a tasas de interés bajas y la desconfianza de los inversores en la economía ha resultado en valoraciones bajas de las acciones. La intersección de estos dos factores ha creado un notable diferencial entre acciones y bonos, que es un gran beneficio para nuestra generación. Quien pueda asegurar en mayor medida este diferencial, podrá relajarse en la playa disfrutando del sol, dejando que el sol trabaje para él.